El mundo vive en la actualidad un proceso de globalización de la economía que coincide con procesos internos de descentralización y Fortalecimiento de las comunidades locales. Las ciudades se abren paso como entidades dinámicas en el intercambio de productos, gracias a la concentración de servicios, que les permiten construir ventajas competitivas en áreas como las telecomunicaciones, los servicios financieros, las capacidades y destrezas de la mano de obra, y la prestación de los servicios públicos básicos. Ya no aparecen únicamente como espacios para la producción de bienes. Ellas se han venido convirtiendo con el paso del tiempo en espacios para la confluencia de flujos y servicios, exigiendo de un adecuado equipamiento urbano para facilitar sus propósitos de integración al mundo.